Tan importantes son las preguntas como las respuestas

En primer lugar tengo que reconocer que lejos de ser experto en encuestas soy totalmente profano en este ámbito. Por lo tanto en el siguiente ejercicio me voy a limitar a hacer el análisis desde mi punto de vista intuitivo.





Me ha llamado la atención que hay preguntas que invitan a una respuesta desde la objetividad del encuestado y hay otras preguntas que bajo mi punto de vista contienen un sesgo implícito.


Cuando se pregunta el número de veces que te informas al día o el tipo de medios de comunicación que consultas la respuesta es objetiva. También cuando se pregunta como se accede a los medios en internet, si es a través de la web o por redes sociales. Incluso si se pregunta por la suscripción a un medio de pago.


Sin embargo cuando las preguntas son “ ¿ Los medios proporcionan demasiada información sobre el coronavirus ? “ o “ ¿ La excesiva información sobre el coronavirus me dificulta seguir cómo evoluciona la pandemia ? “ ( fijaos en las palabras subrayadas ) da la sensación de que el encuestador da por supuesto ese exceso de información, y con ello condiciona la respuesta. También considero que ningún encuestado tiene tendencia a reconocer que algo le dificulta, por lo tanto la pregunta vuelve a incluir sesgo. Lo mismo ocurre cuando se afirma en la pregunta que “ los medios están condicionados por su línea editorial “ o que “ tratan la pandemia de forma sensacionalista “.


Observemos la diferencia con las siguientes posibles preguntas:


¿ Como valoras la cantidad de información sobre el coronavirus ? Posibles respuestas: Escasa/ Correcta/ Excesiva


¿ Como consideras que ha sido el tratamiento en los medios de comunicación ? Posibles respuestas: Absolutamente riguroso/ fundamentalmente riguroso/ ha habido tanto rigor como sensacionalismo/ fundamentalmente sensacionalista/  absolutamente sensacionalista.


Preguntas como “ ¿ Has recibido noticias falsas o de dudosa veracidad sobre el coronavirus ?” bajo mi punto de vista están mal formuladas por ser evidente la respuesta. Recibimos cientos de noticias por las redes sociales, por lo tanto es obvio que sí que recibimos alguna noticia falsa. Digamos que la pregunta invita a responder que sí, sin darnos información sobre si las noticias falsas son abundantes o no. Una posible pregunta sustitutiva podría ser:


¿ Qué cantidad de noticias falsas consideras que circulan por las redes ? Posibles respuestas: Menos de un 33% son falsas / Entorno al 50% son falsas / Menos de un 33% son verdaderas



Hay preguntas como “ ¿ Cómo compruebas principalmente si un contenido que recibes a través de las redes sociales puede ser falso ? “ que vuelven a condicionar la respuesta. En primer lugar la pregunta da por sentado que compruebas la información. En segundo lugar es obvio que la conducta socialmente responsable es comprobar las informaciones; por lo tanto la mayoría de los encuestados va a tender a responder afirmativamente sin reconocer que no comprueban las informaciones. Observamos la diferencia respecto a formular las siguientes preguntas:


¿ Compruebas la veracidad de las informaciones que recibes ?


¿ Crees que la gente comprueba la veracidad de las informaciones que recibe ? 


Realmente las dos preguntas tratan sobre la misma cuestión, pero seguro que la primera pregunta recibe más respuestas positivas que la segunda.


Algo similar sucede con la pregunta “ ¿ Has compartido algún contenido falso o dudoso relacionado con el coronavirus ? “. Socialmente está mal visto compartir contenidos falsos, por lo tanto los encuestados van a tender a no reconocer que lo han hecho. Imaginaos que la pregunta es:


¿ Qué cantidad de contenidos falsos crees que comparte la gente en relación al coronavirus ? Posibles respuestas: Practicamente nulos/ Algunos sí, pero pocos / Muchos, más de un tercio del total 


La pregunta “ Has compartido algún contenido que pensabas que era cierto, y que después has descubierto que era falso ? “ va dirigida en primera persona y además sugiere que has podido ser engañado. Nadie quiere reconocer su persona como alguien que no detecta los engaños, por lo tanto las respuestas van a tender a ser negativas. Una vez más las respuestas serían diferentes si se pregunta en tercera persona.


En resumidas cuentas, independientemente que la encuesta nos dé información relevante sobre los procesos de información en plena pandemia, considero que las preguntas podrían haber sido más sutiles en aras a facilitar la respuesta sincera y objetiva de los encuestados. En el mundo de la ciencia se suele decir que la clave no está en las respuestas sino en las preguntas. Parece ser que en la ciencia de la prospección sociológica sucede lo mismo.

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