Inteligencia y selección natural, la pescadilla que se muerde la cola

En el camino evolutivo de nuestra especie tanto nuestros antecesores como nosotros mismos nos hemos apoyado en dos cuestiones fundamentales para sobrevivir y perpetuar nuestra descendencia. Por una parte hemos ido desarrollando tecnología y estructuras sociales para facilitar nuestra vida en la naturaleza. Y por otra parte nos hemos ido dotando de un conjunto de creencias para explicar nuestra existencia. A todo ello le llamamos cultura.

Nuestros antecesores fueron capaces de desarrollar estas culturas gracias al crecimiento de nuestro cerebro. Esto les otorgó la inteligencia suficiente para poco a poco ir desarrollando herramientas más complejas ( tecnología ) , lenguaje y pensamiento abstracto. Estas mejoras a su vez les permitió mejorar su alimentación. Dicha mejora en la dieta por otra parte era condición necesaria para continuar la mencionada evolución del cerebro al consumir este mucha energía. Así fue desarrollándose un proceso de evolución iterativo a base de selección natural en el que mutaciones en el cerebro posibilitando nuevas herramientas, lenguaje y capacidades sociales. Y a su vez el desarrollo de estos elementos constitutivos de la cultura posibilitaban nuevas mutaciones que propiciaban el avance del cerebro.

Un ejemplo muy claro es el de la evolución del aparato fonador desde los australopitecus hasta el Homo Sapiens Sapiens. Las ventajas para la selección natural que aportaban las mejoras comunicativas fueron impulsando las mejoras en dicho aparato.

Otro ejemplo relativo a la tecnología fue el dominio del fuego que propició la inteligencia. El fuego posibilitó mejorar el aprovechamiento de los recursos de la naturaleza y una vez más enriquecer la dieta. Además protegía del frío y de la amenaza de otras especies. Evolutivamente también tuvo sus consecuencias, cada vez la selección natural buscaba más individuos inteligentes y menos individuos fuertes y resistentes físicamente.

Entre las revoluciones a nivel de organización social podemos destacar el desarrollo de la caza. Las ventajas del desarrollo de este arte son evidentes: obtención de alimentos más ricos de forma más eficiente. Para ello, en este caso el Homo Erectus, tuvo que evolucionar en sus capacidades sociales avanzando hacia una división mayor del trabajo y en la concepción de la pertenencia común al grupo. La selección natural se empezaría a decantar menos por fuertes cazadores frente a inteligentes cazadores capaces de organizarse en grupo.

Pero sin duda donde mejor observamos la relación entre desarrollo cultural y evolución biológica es en la explicación de la extinción de los neandertales frente a la supervivencia del hombre moderno. En un periodo de enfriamiento del planeta el hombre moderno fue capaz de adaptar su tecnología de caza a la aparición de nuevas especies animales, fue capaz de mejorar sus cabañas para soportar el frío, y en definitiva fue capaz de desarrollar más su organización social frente al neandertal.

Con la hegemonía del hombre moderno no sólo se continuó con los avances tecnológicos sino que la cultura avanzó a pasos agigantados. La concepción de pertenencia al grupo avanzó con la creación de relatos y mitos compartidos por el clan. Los miembros del grupo también compartían las ceremonias funerarias. Cada grupo poseía sus ritos sociales que eran transmitidos de generación en generación y que marcaban la diferencia entre quienes eran y quienes no eran miembros del clan.

La ventaja competitiva ante la selección natural ya no radicaba tanto en las aptitudes de cada individuo como en la fortaleza a la hora de funcionar en comunidad. Esta tendencia fue a mayores con la revolución tecnológica del neolito. El desarrollo de la agricultura no supuso tanto un impacto en la alimentación, sino que revolucionó toda la organización social.

Por último quiero destacar la aparición de la escritura dejando atrás la prehistoria. La escritura permitió la transmisión del pensamiento tanto en el espacio como el tiempo haciendo evolucionar a las sociedades hacia modelos más complejos y organizados.


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