Caracoles y humanos, en el fondo, hablamos el mismo idioma

Los seres humanos nos diferenciamos del resto de seres vivos, entre otras muchas cuestiones, en nuestra capacidad para comunicarnos entre nosotros y a través de las generaciones. Esto es, dominamos el lenguaje.

Pero hay cuestiones fundamentales que lejos de diferenciarnos nos relacionan íntimamente con el resto de seres vivos. Además también tienen relación con la comunicación. Con la comunicación más fundamental: con la forma en que " nosotros mismos le decimos a nuestro propio organismo como debe construirse ". Todos sabemos que nuestro cuerpo no es tal y como es por libre albedrío, sino que hemos crecido siguiendo un "determinado plan". Además todos sabemos que por eso padres, hijos y hermanos nos parecemos entre nosotros. Pues esta cuestión tan fundamental, este mecanismo de "comunicación interna" básico para la vida, lo compartimos con un ratón o con un caracol.

A este lenguaje que utilizamos para la "autoconstrucción" se le denomina Código Genético. Pero dejadme que explique un poco mejor en qué consiste este proceso de autoconstrucción, este proceso a través del que nos desarrollamos nosotros mismos. Permitidme a su vez que lo simplifique mucho.

Nuestro cuerpo, y el de un caracol, está formado por sistemas ( aparato digestivo, respiratorio, etc ) que a su vez se componen de órganos, que a su vez se componen de tejidos, y que en última instancia se componen de células. Pero ahí no termina la cosa, las células a su vez se componen de proteínas. Lo que diferencia a una célula de nuestra piel de una célula de nuestro pulmón es que está compuesta por diferentes proteínas. Al igual que lo que diferencia a una célula de nuestra piel de la de "la piel" de un caracol también son sus proteínas. Pero, ¿ qué hace que diversas proteínas sean diferentes ? Pues resulta que las proteínas también se componen de unas estructuras fundamentales denominadas aminoácidos. Existen 20 tipos diferentes, y en función de los aminoácidos que componen una proteína esta será diferente a otra. No quiero complicar más el asunto, pero son los ribosomas los encargados de construir las proteínas a base de unos u otros aminoácidos.

Pero, tal y como hemos dicho, esa conjunción de aminoácidos, esa forma de construirse nuestras proteínas y células no es aleatoria. Toda la información relativa a como los ribosomas tienen que combinar los aminoácidos para generar proteínas en nuestro desarrollo,  y a fin de cuentas toda la información relativa a como debíamos ser tú y yo, o a como debe ser un caracol viene fijada desde el inicio de nuestra vida. A toda esa información le llamamos información genética, se almacena en nuestro ADN desde que somos concebidos y se va copiando célula a célula según crecemos. Haciendo el símil constructivo el ADN son los planos que tienen la información de como tiene que ser el edificio de nuestro cuerpo. Y llamamos Código Genético al mecanismo, o lenguaje, que utilizamos todos lo seres vivos para transmitir la información existente en nuestro ADN a los ribosomas encargados de construir nuestras proteínas. A decir verdad el Código Genético es el código de traducción de la información del ARN a los ribosomas, previamente el ARN habría copiado la información ( transcripción ) del ADN. Osea, que el ADN es la colección concreta de planos de cada uno de nosotros y el Código Genético es el mecanismo de comunicación vía formato planos.

Pero, ¿ cómo funciona el Código Genético ? El ARN almacena la información en una cadena en la que se suceden 4 tipos de nucleótidos ( A, U, G y C ). Pues el Código Genético es un código definido que asigna a cada terna consecutiva de 3 nucleótidos su aminoácido correspondiente ( uno de los 20 existentes ). 

Y tal y como había anticipado, este complejo y vital mecanismo de comunicación, lo compartimos entre todos los seres vivos del planeta. Lo compartimos tanto un caracol y un humano, como una bacteria y una ballena. No compartimos el cómo somos, pero sí el cómo funcionamos. Y eso tiene una consecuencia transcendental: compartimos un origen único y universal, sólo nos diferencia la evolución.