¿ Qué es la inteligencia ?

La evolución de la tecnología durante siglos ha permitido a la humanidad disponer en cada momento de la historia de máquinas capaces de llevar a cabo tareas que en tiempos anteriores hubieran sido inimaginables. Así una calculadora de bolsillo que a día de hoy consideramos una máquina simple y relativamente tonta, en la Edad Media hubiera sido considerada un prodigio de inteligencia no humana. Igualmente un coche autónomo que a día de hoy se considera Inteligencia Artificial débil a principios del siglo XX hubiera sido una máquina digna de la novela más fantasiosa de ciencia ficción. Lo que se podía considerar inteligente en el pasado hoy ya no lo es, y lo que hoy se considera inteligente probablemente no lo vaya a ser en el futuro.

Y es que es complejo saber cuando podemos considerar que una máquina es inteligente. En otras palabras: es complejo definir qué es la Inteligencia Artificial. Al fin y al cabo, si en pleno siglo XXI no sabemos muy bien qué es la inteligencia ni cómo funciona en el cerebro humano, difícilmente podemos acotar la Inteligencia Artificial. En principio parece sensato definir la inteligencia como la capacidad para percibir, aprender, razonar y actuar en entornos complejos. Pero del mismo modo existen diferentes aproximaciones a lo que consideramos inteligencia.

Es en este contexto de intentar acotar la Inteligencia Artificial cuando Alan Turing propuso su “ Test de Turing “, la prueba que a su juicio una máquina debía superar para poder considerarla inteligente.

La prueba consistía en poner a conversar a un humano con una máquina mientras otro humano que no sabía cual de los interlocutores era el humano y cual la máquina evaluaba la conversación. Si el observador era incapaz de distinguir cual de los conversantes era la máquina, entonces la máquina era considerada inteligente. Más concretamente el evaluador, durante una conversación de cinco minutos, no tenía que ser capaz de distinguir a la máquina y al humano en más del 70% de las intervenciones.

A la hora de identificar la Inteligencia Artificial a Turing le parecía difícil evaluar cuando una máquina podía pensar. Sin embargo era más sencillo controlar si una máquina era capaz de imitar un comportamiento humano. De ahí la prueba de examinar si una potencial máquina inteligente era capaz de imitar una conversación humana.