La competición del azúcar y la cafeína

He visitado el pequeño supermercado de debajo de mi casa y he observado que tiene reservada una pequeña sección para las mal llamadas bebidas energéticas. Estas son las que disponían:


Me he centrado en el Red Bull, el Burn y el Monster. De estos tres el que más azúcar y cafeína tiene es el Burn. Con 75g de azúcar y 160 mg de cafeína en sus 500 ml.



Le sigue el Monster con 55g de azúcar y 160 mg de cafeína en sus 500ml.



Y por último tenemos el Red Bull con 52 g de azúcar y 151,4mg de cafeína. También hay que citar que las concentraciones de azúcar y cafeína de Red Bull y del Monster son exactamente iguales, con la única diferencia que la lata del primero es de 473ml en vez de 500 ml. ¿ Será una estrategia comercial de Red Bull para parecer menos dañino ? ¿ O para competir en precio ?



Me ha parecido curioso también encontrar un Monster Zero Azucar para " aquellos que se preocupan por cuidar la salud ". Este no tiene azúcar pero sí 150 mg de cafeína.





¿ Y qué pasa si comparamos estos valores con los de un refresco azucarado ? Tomemos como referencia la popular Coca Cola.




La primera gran diferencia es el volumen de la consumición, la Coca Cola se suele consumir en formatos de 250 o 333 ml, frente a los 500 ml de las bebidas energéticas. Ese factor es decisivo a la hora de calcular las cantidades de azúcar y cafeína. De echo la concentración de azúcar es muy similar en las bebidas azucaradas frente a las energéticas; si bien es verdad que el contenido en cafeína de la Coca Cola es mucho menor.

Comparemos todos estos datos con las cantidades que las instituciones recomiendan no superar. En cuanto a la cafeína la EFSA , para un adolescente de 13 años y 47 kg de peso, recomienda no consumir más de 147 mg de cafeína al día. Por lo tanto observamos que con la consumición de una unidad de bebida energética se superarían dichos límites.. En cuanto al azúcar la Organización Mundial de la Salud establece que no se deben tomar más de 50g de azúcar al día ( recomendándose no superar 25 g ). Igualmente observamos que un solo refresco supera con creces dicho límite.

Podríamos concluir que todas y cada una de las marcas de las mal denominadas bebidas energéticas son auténticas bombas de relojería y que por tanto, como mínimo, habría que informar mucho mejor de los riesgos que supone su consumo para la salud.


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