Gigantes de la industria alimentaria jugando al trilero

Es obvio para todos que la alimentación es un sector de VITAL importancia para la sociedad. Se habla mucho de la importancia del sector financiero, del sector energético, del sanitario, del militar,... pero tal y como se dice en España " de lo que se come se cría " o " con las cosas del comer no se juega ". 


Sin embargo durante muchas décadas reinó un libre albedrío en el que no se ponía límites a la publicidad en el sector alimentario. Llegando al extremo de publicitarse dietas y alimentos anticancer.


Es por ello que en 2002 se creó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ( EFSA ). Entre sus funciones están garantizar la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud y el bienestar animal, e incluso la protección vegetal y la salud vegetal. La EFSA elaboró los Reglamentos ( CE ) 1924/2006 y Reglamento ( CE ) 353/2008 con el objeto de regular los procesos de autorización de alimentos así como su publicidad.

A pesar de que se haya avanzado mucho con los citados reglamentos las grandes corporaciones alimentarias siguen jugando al trilero con la publicidad engañosa de sus alimentos. En concreto hoy quiero hablaros de la Estrategia del Asterisco. A grandes rasgos dicha estrategia consiste en que un alimento utilice torticeramente el reclamo publicitario de un ingrediente de moda insinuando que cumple funciones para nuestra salud, a pesar de que eso no sea cierto. El fabricante se cura en salud poniendo un asterisco y explicando en letra muy pequeñita y en un lugar del envase muy poco visible la verdad nutricional. Muchas veces las funciones beneficiosas para la salud no las otorga el ingrediente estrella con gancho publicitario, sino otros nutrientes comunes. El presente artículo tiene como objetivo demostrarlo con unos ejemplos. 

El primero de ellos es el Yogur Activia de la foto:


Activia con chia y almendras, y con fibra, y con probióticos, y por supuesto 0% de todo lo susceptible de ser malo. Desconfiad de estos alimentos con una publicidad tan barroca. Pero vayamos al dorso del producto:


Hay que tomar Activia con chía y almendras porque sus probióticos ( ASTERISCO 1 ) mejoran la salud , contienen 0% de azúcares añadidos y porque contiene fibra, proteinas, calcio y ayuda a la salud digestiva ( ASTERISCO 2 ).

Vayamos en busca de los asteriscos perdidos, hagamos zoom. El primero se encuentra relativamente fácil:


Y al leerlo nos encontramos la primera sorpresa: los probióticos pueden tener beneficios para la salud, sí,  pero para aquellas personas que tienen problemas en digerir la lactosa. Así que si no tenemos problemas en digerir la lactosa....¿ para qué nos sirve ?

Encontrar el ASTERÍSCO 2 ya ha sido más complicado, y es que estaba en la base del envase, justo la parte que apoya en la estantería, la que no se ve. Junto al contenido nutricional.  El mundo al revés: la publicidad hueca en la parte visible, la informaciòn relevante en la parte invisible:



El asterisco 2 nos dice que los beneficios en la digestión provienen de los cloruros provinientes de las sales minerales. Y no de la fibra, del calcio o de las proteínas como sugiere la publicidad. Parece ser que no se ha demostrado que la chia y las almendras aporten nada a la salud, a pesar de venir publicitadas en grande y en varios sitios. Además su contenido es en total del 1%.

Vayamos al segundo ejemplo, la leche con Omega 3. Seguid las flechas rojas y observad los primeros asteriscos en miniatura.



La publicidad sugiere que esta leche ayuda a mantener el corazón sano y que eso es mucho más que  regular el colesterol: tensión arterial, protección de las células, fluidez de la sangre, flexibilidad de las arterias,...Y los dos principales ganchos publicitarios del producto son el OMEGA 3 y la PROESSENTIA. Vayamos a la parte más inaccesible del embalse, a la letra más pequeña, y veamos de qué nos informan los asteriscos:


Resulta que con 500 ml de leche se cubre la cantidad diaria recomendada para regular el colesterol mediante los ácidos omega 3. Pero de la Proesentia no dice nada. El resto de bondades para el corazón las aportan el Potasio y las Vitaminas E, B12 y C. Y además estos nutrientes se pueden obtener de otros alimentos más accesibles, sanos y baratos como el huevo, verduras o frutas.

Podemos concluir que los avances dados por la EFSA han erradicado el engaño directo, pero sería de agradecer que la información y la publicidad sobre los productos alimenticios no pueda ser tan enrevesada y que de un simple vistazo, sin tener que observar detalladamente todas las partes del envase, ni tener que leer entre lineas, pudiéramos informarnos de las bondades reales de los alimentos funcionales.






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